HERNIA INGUINAL

¿Qué es una hernia inguinal?

Una hernia inguinal es un abultamiento en la ingle que se produce por un defecto en la pared muscular de la región inguinal, permitiendo que el contenido abdominal (normalmente intestino o vejiga urinaria) aparezca debajo de la piel recubierto por un saco de peritoneo.

¿Cómo se diagnostica?

La hernia se diagnostica mediante la exploración física, donde se aprecia un abultamiento en la región inguinal que puede aparecer de manera espontánea o al realizar maniobras de aumento de la presión abdominal (toser, coger pesos, etc).

Sólo excepcionalmente puede ser necesaria una ecografía de partes blandas, para diferenciarla de otra patología como es el hidrocele en los varones.

¿Cómo se trata?

Su tratamiento es quirúrgico, mediante la reducción del contenido herniario y colocación de un material protésico (malla) que refuerza la pared.

Si no se opera cabe el riesgo de la incarceración o estrangulación herniaria, que es una complicación por la que el contenido herniario queda atrapado en el saco herniario sin posibilidad de reposición en la cavidad abdominal, lo que produce un dolor muy intenso y puede obligar a intervención quirúrgica urgente con posibilidad de resección intestinal si hay lesión grave del intestino.

¿Cómo es la recuperación postoperatoria?

La estancia hospitalaria postoperatoria suele ser breve, aproximadamente 1-2 días, salvo complicaciones y en casos seleccionados pueden regresar a su domicilio en el mismo día de la intervención.

Los primeros días puede haber sensación de tensión en región inguinal y escrotal, que pueden requerir analgésicos y se recomienda el uso de ropa interior ajustada para aliviar dicha tensión en región escrotal.

Se recomienda no realizar esfuerzos físicos en las siguientes 6 semanas, para dar tiempo a que la reparación de la hernia consolide y evitar posibles recidivas.