PATOLOGÍA MAMARIA BENIGNA

¿Qué son?

Las enfermedades benignas de la mama suponen un amplio abanico de situaciones clínicas que pueden causar dolor en la mama, bultos palpables o secreción por el pezón. La causa más frecuente de nódulos y dolor en la mama es la alteración fibroquística de la glándula, lo que ocurre en un porcentaje muy elevado de las mujeres premenopausicas, sin que ello conlleve un riesgo real para la mujer que lo padece.

¿Cómo se diagnostican?

Se diagnostican por la exploración física, pruebas radiológicas como la ecografía mamaria y la mamografía y punciones de menor o mayor calibre (PAAF, BAG, BAV) y guiadas o no por medios radiológicos. Todo ello nos confieren una muy elevada seguridad a la hora de definir un diagnóstico certero de cualquier situación planteada.

¿Cómo se tratan?

El tratamiento de la patología benigna mamaria pretende ser al máximo conservador. De esta forma dependiendo de cual es la patología se obtará por la media menos agresiva para la mujer.

El dolor puede tratarse con analgésicos, mientras que en los fibroadenomas trataremos la indicación quirúrgica de forma individualizada, dependiendo de tamaño, molestias, crecimiento, etc…

El tratamiento de los cambios fribroquísticos es controvertido y en muchos casos los síntomas desaparecen con el tiempo.

Si me opero, ¿Cómo es la recuperación postoperatoria?

Normalmente el procedimiento quirúrgico es sobre Fibroadenomas mamarios. Siempre se intentará realizar la incisión aprovechando las zonas en las que la cicatriz quede más escondida o menos visible (línea areolar, surco inframamario,…). El cierre cutáneo se realiza con hilos extremadamente finos y normalmente con suturas intradérmicas no visibles y sin necesidad de ser retirados o con sistemas de cierre sin suturas que actualmente existen en el mercado y ofrecen grandes resultados estéticos.

El dolor suele controlarse con un analgésico oral habitual.